22 de mayo de 2014

Censura... ¿oficial o comercial?

"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo"
Francois Marie Arouet -Voltaire-.

Dice la Real Academia Española que "Censura" es: 
(Del lat. censūra).
1. f. Dictamen y juicio que se hace o da acerca de una obra o escrito.
2. f. Nota, corrección o reprobación de algo.
3. f. Murmuración, detracción.
4. f. Intervención que ejerce el censor gubernativo.
5. f. Pena eclesiástica del fuero externo, impuesta por algún delito con arreglo a los cánones.
6. f. Entre los antiguos romanos, oficio y dignidad de censor.
7. f. Psicol. Vigilancia que ejercen el yo y el superyó sobre el ello, para impedir el acceso a la conciencia de impulsos nocivos para el equilibrio psíquico.
8. f. ant. Padrón, asiento, registro o matrícula.

Claro, se hace referencia directa a la intervención que hacen, han hecho, y ojalá  dejen de hacer, los gobiernos o alguno de los agentes gubernamentales, eso es censura. 

Pero, ¿es el único tipo de censura? ¡por supuesto que no! existen múltiples, diferentes, ancestrales, novedosas, vetustas, aberrantes, extravagantes formas de censura. A lo largo de la historia han sido tantos y tantos los ejemplos de censura, y sí, lamentablemente al día de hoy siguen existiendo tantas formas de ejercerla.

Como ya dije, la que ejerce el gobierno hacia la población no es la única, sí una muy reprochable, para unos la peor, sí de las más visibles, pero no la única. Existe otra menos común, menos aceptada públicamente, la censura privada con fines comerciales.

Digo que es menos común no porque exista menos, sino porque a veces se habla menos de ella. Al decir que se habla menos de ella, me refiero a que esas voces públicas hablan menos de ella. Con voces públicas me refiero a los medios de comunicación, sí los medios de comunicación hablan menos de ella, porque son ellos los que la infunden o suelen infundirla.

Si un medio recibe censura, todas las alarmas se encienden, si una persona recibe censura, todas las alarmas deben encenderse, y si un medio infunde censura a cualquiera de sus operadores; reporteros, periodistas, conductores, productores, etc., todas las alarmas también deben encenderse. No hay censuras nobles o amables o permisibles. Como me dijo una gran mujer a quien admiro; "nadie debiera poder censurar a nadie". La censura no debería existir.

Los medios de comunicación, en su carácter de corporaciones comerciales que también son, suelen acudir a esta figura para preservar sus relaciones y beneficios comerciales; para no perder al anunciante, para no caer del agrado de un grupo comercial, para no marcar lejanía del gobierno. 

En México los casos son múltiples, añejos y recientes, vendrán a la mente algunos ejemplos como aquel en el que Carmen Aristegui salió momentáneamente de la primera emisión de noticias MVS por aquella nota sobre las descalificaciones de un legislador hacia el entonces presidente Felipe Calderón.

En estos días un fenómeno atípico ha sucedido; Toño Esquinca, un popular locutor que encabeza el espacio radiofónico matutino en la estación "alfa radio" de grupo radio centro, el cual no sobra decirlo, es actualmente uno de los personajes y programas más escuchados a nivel nacional, fue parte de un aparente acto de censura. 

El personaje no es reconocido por su perfil crítico, él es más de divertir que de informar. Su espacio es más de dispersión y ocio, que de crítica o de análisis. No lo descalifico, pero pongo el contexto. 

Este martes 20 de mayo realizaba una dinámica con una de sus escuchas que se comunicó al espacio y en un contexto de aparente crítica, empleaban alegorías referentes a la posibilidad de que el próximo mundial de fútbol sería aprovechado por el gobierno mexicano para aprobar el paquete de reformas secundarias en materia energética, dejando ver la posibilidad de un arreglo con la FIFA para que cuando la selección mexicana pasara a octavos de final ](en una serie de partidoa arreglados), la atención de la opinión pública estaría vertida sobre el suceso y entonces sacar las reformas pendientes sin críticas. Idea ésta no novedosa ni tampoco descabellada, además de muy difundida en las redes sociales. 

En esos momentos, después de esas menciones, el locutor avisa que ha recibido una llamada y sale del aire, una canción inicia en la radio, la corta unos minutos después abruptamente para decir que tiene que retirarse, en un tono misterioso avisa que no puede continuar con la emisión

No sabemos qué pasó, no lo sabremos con certeza seguramente, pero sus audiencias asumieron que la llamada fue un acto de censura, alguien se molestó por la ácida crítica que hacía el personaje y "lo sacaron del aire", al menos eso se dijo, y se dijo mucho, en redes sociales. En las siempre puestas, dispuestas y activas redes sociales comenzaron a replicarse múltiples mensajes en apoyo al locutor, descalificando al gobierno por la censura. 

No quiero pecar ni de escéptico ni de oficialista ni de omiso, pero desde mi punto de vista no tiene apariencia de un acto de censura gubernamental, me da más la impresión de un posible acto de censura doméstica, comercial, privada, una llamada de uno de esos ejecutivos de la empresa para decirle a "Toño" que no dijera eso, el mundial es dinero y la empresa quiere dinero, la FIFA mueve dinero y el locutor está ahí para hacer dinero. 

Tampoco quiero parecer ingenuo y prefiero no descartar una estrategia preparada por el medio y el locutor para generar esa cercanía con su público nuevamente, un abrazo fraternal con sus audiencias que lo apoyaron y respaldaron y por qué no, un poco más de rating, que sí, adivinaron, se traduce en más dinero. Repito, no sabemos qué pasó, pero para el que escribe, en este caso, todo es posible. 

Esto no es más que un motivo para una reflexión personal y profesional, ¿es la censura privada con fines comerciales menos grave? la respuesta es un contundente NO. Como me lo dijo, y me lo dijo muy bien, esta mujer, nunca nadie debiera censurar a nadie. 

La censura es el ataque más directo y cruel contra la libertad de expresión, es un atropello al ejercicio del derecho a la información, es una salvajada que nos reduce la posibilidad de hacernos llegar los insumos que como sociedad requerimos, necesitamos, exigimos, y sí, censurar a un programa de esparcimiento también es censura, aunque venga de un privado hacia un privado también se llama censura. 

¿Pero qué hacer? el represor no es un gobierno, no es alguno de sus agentes, a qué comisión ir, a qué procuraduría, con qué policía. Caramba, la ecuación se vuelve un tanto difícil. Las herramientas son pocas, las instancias casi nulas. Los derechos a ejercer son poco conocidos, ante quién ejercerlos y cómo ejercerlos para su defensa es casi desconocido. 

De eso pretendo platicarles en una próxima entrega, platicar más sobre cómo funciona el derecho a la información en esos aspectos, los derechos de las audiencias, los defensores o mediadores con las audiencias, peor también de la alfabetización mediática e informativa. Conceptos tan lejanos, tan poco conocidos, pero cada día más conocidos. Espero contar con el favor de su lectura. 



*Especialista en Derecho Público por la Escuela Libre de Derecho,
Maestrante en Derecho de las TIC especializado en Telecomunicaciones por INFOTEC.
Director de la Asociación Latinoamericana de Abogados.


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