El Gobierno Abierto es un
concepto en construcción que está conformándose con las aportaciones de los
países que integran la Alianza por el Gobierno Abierto –entre ellos, México–,
dicho modelo está basado en los principios de transparencia, rendición de cuentas,
participación ciudadana e innovación y tecnología, mediante acciones
específicas que propone cada gobierno para abrirse a la ciudadanía.
La idea es, que se articule un nuevo paradigma en las tareas del gobierno,
en sus diversos niveles y poderes, con la finalidad de que participen y
colaboren los individuos para hacer frente a las problemáticas que afectan a la
sociedad y para mejorar la calidad de vida.
En ese contexto, nuestro país asumió la Presidencia de la Alianza para el
Gobierno Abierto, integrada por 65 países de todo el mundo, los cuales suman
esfuerzos para alcanzar una apertura gubernamental y promover una nueva
relación entre sociedad y gobierno.
El Gobierno Abierto, de igual forma que la transparencia, se ha convertido
en un punto medular de las agendas gubernamentales, pues las instituciones
están apostando al cambio de paradigma, dejando de lado la democracia pasiva y
acercándose más a la participación ciudadana.
Dentro del ecosistema de Gobierno Abierto, se conjuga la transparencia, la
participación y la colaboración ciudadana, favoreciendo la apertura de datos y
procesos, en la primera, se encuentra desde mi perspectiva la evolución de la
transparencia reactiva a una proactiva y de ésta última a una participativa,
utilizando formatos abiertos que permitan reutilizar la información y darle un
valor adicional por parte de los usuarios. Por lo que respecta a la apertura de
procesos, se encuentra la posibilidad de que los ciudadanos participen y
colaboren en las decisiones gubernamentales, es decir, que exista un
empoderamiento de los individuos, a partir de la toma de decisiones.
En el tema de procesos abiertos, es donde quisiera abundar en esta ocasión,
comentando un ejemplo que me pareció digno de ser comunicado y comentado,
pues su implementación debería ser explorada por los demás gobiernos de la
Alianza.
Me refiero al Estado Chileno, el cual creó la “Consulta Indígena”, como
mecanismo de participación y colaboración ciudadana.
De conformidad con su sitio de internet, la consulta fue creada para
facilitar el diálogo entre el Estado y los pueblos indígenas, cada vez que se
prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles
directamente. Lo anterior, con la finalidad de fomentar la confianza entre el
Estado y los pueblos indígenas y de una nueva forma de relación, participativa
e inclusiva.
Con ello, Chile busca que los habitantes de los pueblos indígenas
participen de manera informada en las medidas legislativas y administrativas
que afecten su entorno, así como reconocer y proteger los derechos de los
pueblos indígenas a través de un proceso de diálogo para considerar su opinión
sobre diferentes temáticas que los afecten de manera directa, lo que permitirá
establecer un nuevo trato entre los pueblos indígenas y el Estado.
Actualmente, se encuentra en proceso la consulta para crear un Ministerio y
Consejo o Consejos de Pueblos Indígenas, dicho proceso, trajo inmersas las
siguientes actividades:
1.
Se publicó en el Diario Oficial del Estado la
puesta en marcha del procedimiento administrativo respecto al Proceso de
Consulta del Anteproyecto de Ley que Crea el Ministerio de Pueblos Indígenas.
2.
Se convocó a los pueblos indígenas y sus
instituciones representativas a la primera reunión de planificación del proceso
de consulta.
3.
Se pusieron a disposición de los ciudadanos
los documentos legislativos, para que sobre ellos se ejerza la opinión.
En ese sentido, durante el mes de septiembre se llevaron a cabo reuniones
en las localidades indígenas, con la finalidad de poner en marcha la consulta y
arribar a resultados que influyan en la toma de decisiones. El procedimiento de consulta
deberá aplicarse con flexibilidad y ajustarse a las particularidades del o los
pueblos consultados, respetando su lengua.
Según la normativa vigente
del Estado Chileno, la convocatoria debe hacerse en español y en un idioma que
pueda ser comprendido por los pueblos consultados. Se considerará necesario
realizarlo en el idioma del pueblo indígena cuando éste se comunique
mayoritariamente en su idioma, por lo que se respeta el derecho lingüístico y a
la autodeterminación de los pueblos indígenas.
La normatividad que regula la
consulta, no establece la existencia de un porcentaje mínimo de participación.
El proceso es abierto a todas las organizaciones representativas de los pueblos
indígenas. Participar es un derecho y el Estado garantiza ese derecho al
mantener la posibilidad de que en cualquier instante una organización ingrese
al proceso de consulta, pero respetando todo lo obrado hasta ese momento.
En ese sentido, los acuerdos
a los que lleguen, podrán ser plasmados en los proyectos de ley que se enviarán
al Congreso Nacional, respetando el principio de buena fe que rige las
consultas indígenas. Es decir, la consulta se organiza en torno al principio de
la buena fe de ambas partes y su sentido es generar espacios para recoger los
planteamientos de los pueblos indígenas en los temas consultados.
En ese marco, los principios
del Gobierno Abierto pueden reflejarse de la siguiente manera:
PRINCIPIO
|
CONSULTA INDÍGENA
|
Transparencia
|
Se pone a disposición del público
información sobre las iniciativas de leyes que se pretenda implementar y que
afecten el entorno indígena
|
Participación
|
Los habitantes de los pueblos indígenas
tiene el derecho de opinar sobre las iniciativas propuestas por los
ciudadanos
|
Colaboración
|
Los acuerdos alcanzados entre gobierno
y sociedad pueden ser integrados en las iniciativas de ley
|
Rendición de cuentas
|
No se indica
|
Como es posible apreciar, la
estrategia del Estado Chileno es perfectible, pues aún no contempla de qué
manera se debe rendir cuentas a los pueblos indígenas sobre las funciones del
gobierno en torno a la consulta ciudadana.
Así mismo, la colaboración es
endeble, ya que los acuerdos alcanzados pueden o no tomarse en cuenta, lo que
podría provocar que la opinión vertida por los pueblos indígenas sea ignorada,
dejando de lado la esencia de la consulta.
Sin embargo, es una excelente
iniciativa que permitirá que el Gobierno Chileno se ponga a la vanguardia de
los países que integran la Alianza por el Gobierno Abierto, pues está abriendo
un proceso sumamente importante, el de la integración de leyes que serán
discutidas en el parlamento, basándose en la opinión de los afectados, lo que
permite una participación directa, que seguramente evitará el descontento
futuro por no considerar las opiniones más relevantes.
Cabe señalar, que los
principios del Gobierno Abierto (GA, por sus siglas) no están hechos únicamente para las instituciones
gubernamentales, sino para la sociedad organizada y no organizada, por lo que
estamos en el momento de influir en las labores gubernamentales y trabajar más
de cerca para nuestras comunidades.
Para mayor información,
consultar: http://www.consultaindigena.gob.cl/
Manuel Bazan Cruz*
*Especialista en Derecho de la
Información por el Posgrado de la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
Universidad Nacional Autónoma de México.
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