11 de octubre de 2016

Rendición de cuentas para sanear nuestra democracia

Por Manuel Bazan Cruz

Las experiencias negativas en la gestión de algunos servidores públicos de los tres poderes de la unión y de los tres niveles de gobierno, especialmente en el uso de recursos públicos, desencadenaron un nuevo paradigma, en el que se involucran diversos instrumentos jurídico-políticos (por así llamarlos), dentro de los que se halla: la transparencia, el acceso a la información, la rendición de cuentas, la protección de los derechos humanos, el gobierno abierto, el buen gobierno y la gobernanza, entre otros.

José Antonio Crespo (2001), afirma que la democracia lejos de sugerir la confianza de los ciudadanos hacia sus gobernantes, grita su profunda desconfianza (p. 19). Dicha afirmación por lo menos resulta aplicable en una República representativa como la nuestra, donde a menudo se descubren actos de corrupción cometidos por servidores públicos del Estado.

Si bien es cierto que la democracia mexicana está evolucionado en cuanto a las reglas del juego político-electoral, lo que facilitó en cierta medida la alternancia en la elección presidencial del año 2000, así como la existencia de una pluralidad política y reglas más equitativas, dichas condiciones no son suficientes para contar con un gobierno eficaz, ético y responsable (Solares, 2004, p. 127). Desafortunadamente, los partidos políticos “alternativos” han dado muestra de las mismas mecánicas deshonestas con las que se venía conduciendo el partido hegemónico. Dan cuenta de ello los siguientes ejemplos: 
  
·         Se publicó un video donde un empresario de apellido Ahumada le entregaba al perredista René Bejarano millonarias cantidades de dinero, por lo que el entonces coordinador de su fracción y presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), solicitó licencia al cargo de diputado para que las autoridades judiciales puedan investigar y deslindar responsabilidades. (La Jornada 04 de marzo  de 2004)

·         En 2004 vincularon a Jorge Emilio González Martínez “El niño verde” con actos de corrupción, luego de que se publicara una videograbación entre él y un intermediario de un grupo de inversionistas en la que aceptaba una oferta por dos millones de dólares para la creación de hoteles dentro del corredor turístico de Cancún, Quintana Roo. González Martínez comenzó a ser investigado el 4 de marzo de ese año por la Procuraduría General de la República (PGR); sin embargo, fue absuelto de los delitos por considerar que no hubo prueba de los ilícitos derivados del video en donde se le implicaba. (Aristegui Noticias del 19 de febrero de 2013)

·         El juez primero de lo penal, dictó una sentencia de dos años y tres meses de prisión al exgobernador del Estado de Aguascalientes, el panista, Luis Armando Reynoso Femat, por el delito de peculado, además de un año de inhabilitación para desempeñar un cargo público. (La Jornada 23 de diciembre de 2015)    

De manera particular, la rendición de cuentas ha figurado como el esquema a seguir para sanear la democracia nacional, ya que va más allá del simple control y fiscalización de los recursos públicos (Solares, 2004, p. 132), pues en ella se concentran los elementos esenciales para poner al descubierto y someter al escrutinio a todos los servidores públicos: información sobre las acciones tomadas; obligación de explicar y justificar sus actos; y el castigo para quienes actúen de manera deshonesta (Schedler, 2003, p.12).   

O bien, como bien señala Ugalde (citado en Alatorre, 2006):
Una genuina rendición de cuentas contempla la delegación de un mandato; la representación política que legitima esta delegación; una responsabilidad mutua donde los electores (principal) supervisan a sus elegidos (agentes); un sistema de sanciones efectivas y un contrato que estipula los límites a los que el agente puede llegar en representación del principal (p. 90).

Ahora bien, si bien es cierto que el Estado ha creado reglas para que exista una “rendición de cuentas” entre instituciones gubernamentales; es decir, entre los poderes de la unión, con la finalidad de que el ejercicio sea rotatorio e implique lo que la doctrina denomina como el sistema de pesos y contrapesos, se considera que una rendición de cuentas eficaz, necesita obligatoriamente de la participación de los individuos, pues como afirma John Ackerman (2006), la rendición de cuentas es mucho más efectiva cuando los actores sociales llevan la batuta en el proceso (p. 18).b

Lo anterior, en virtud de que la independencia entre vigilantes y vigilados, cuando ambos corresponden al sector gubernamental, resulta sumamente difícil lograr en un país como el nuestro, donde la designación de los vigilantes está a cargo de los mismos poderes públicos, propiciando la politización de las designaciones y el temor de los vigilantes sobre su futuro político, el cual pende de su comportamiento en el cargo que han obtenido.          

En ese sentido, los servidores públicos encargados de sustanciar procedimientos de responsabilidades o de imponer sanciones, actúan tibiamente, tratando de evadir conflictos con los órganos facultados para decidir sobre los nombramientos de puestos estratégicos.     

Por lo tanto, no cabe duda que la rendición de cuentas es un elemento indispensable para la consolidación de las democracias; sin embargo, en una como la nuestra, donde no se cuenta con una confianza institucional sólida, necesariamente se requiere la participación de los ciudadanos, con la finalidad de que vigilen al vigilante, pues como se dijo, únicamente con este elemento se puede lograr la efectividad de la rendición de cuentas.

En suma, para que la rendición de cuentas alcance sus objetivos, resulta indispensable que se diseñe un sistema institucional con las cualidades de eficacia que Tinajero (2006) menciona: transparencia, answerability, enforcement, espíritu de vigilancia y medición del desempeño. Además, hay que sumar la obligación de explicar y justificar las decisiones tomadas, así como la participación ciudadana, éste último elemento, de gran relevancia para la nueva gobernaza y el gobierno abierto.  




Bibliografía 

ACKERMAN, J. (2006). Estructura Institucional para la Rendición de Cuentas, lecciones Internacionales y Reformas Futuras. Serie Cultura de la Rendición de Cuentas 9, México: AF, recuperado de: http://siare.clad.org/fulltext/2129400.pdf
ALATORRE, J. (2006). El papel de la transparencia y rendición de cuentas en la consolidación democrática. México: Acta Republicana Política y Sociedad. Año 5 N°5, recuperado de: http://148.202.18.157/sitios/publicacionesite/pperiod/republicana/pdf/ActaRep05/8.pdf
CRESPO, J. (2001). Fundamentos políticos de la rendición de cuentas, en Cultura de la Rendición de Cuentas, núm. 1, México: ASF, recuperado de: http://centro.paot.mx/documentos/varios/rendicion_cuentas.pdf
SCHEDLER, A. (2008). Que es la Rendición de Cuentas. México: IFAI, recuperado de: http://inicio.ifai.org.mx/Publicaciones/cuadernillo3.pdf
SOLARES, M. (2004). La Auditoría Superior de la Federación: antecedentes y perspectiva jurídica. México: IIJUNAM, recuperado de: http://bibliohistorico.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=1327
TINAJERO, G. (2006). La Glosa del informe de gobierno: Un instrumento para la rendición de cuentas. Diseño institucional en el estado de Jalisco, periodo 2003 -2005. Tesis (Maestría en Gestión Pública), México: UDG.
Hemerografía
Nota periodística de Aristegui Noticias del 19 de febrero de 2013, recuperada de: http://aristeguinoticias.com/1902/mexico/escandalos-del-nino-verde/
Nota periodística de la Jornada de fecha 23 de diciembre del 2015, recuperada de: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/12/23/dictan-2-anos-de-prision-contra-exgobernador-de-aguascalientes-2847.html   


 Nota periodística de la Jornada de fecha 04 de marzo del 2004, recuperada de: http://www.jornada.unam.mx/2004/03/04/005n1cap.php?printver=1&fly

No hay comentarios.:

Publicar un comentario