Cuando la gente me pregunta ¿A
qué me dedico? Suelo decir que mi vocación es servir a la Transparencia.
La mayoría de mis interlocutores
me miran muy raro y por lo regular terminan por decirme que la transparencia en
este país es nula y que de nada sirve dedicarse a tan ambiciosa meta. Incluso,
algunos más descarados suelen decirme que mejor me dedique a otra cosa porque
ese trabajo mío es puro gasto a capricho de los propios gobernantes pero que
seguramente ni hago nada.
Entonces, hoy frente a tales
argumentos, me detuve a pensar en las razones por las que todos los ciudadanos
"de a pie" ya no creen en la transparencia, deben de ser muchas las
razones por las que lo hacen y seguramente son de peso, pero eso no me ha
impedido que los cuestionamientos sigan surgiendo sin que pueda tener alguna
respuesta.
Y ahora que lo pienso, supongo
que es porque siempre ven esa palabra en todos los discursos de los políticos y
por ende, pierde credibilidad. No alcanzan a admirar los beneficios de la
transparencia en su vida diaria. Incluso recuerdo que la Secretaría de la
Función Pública haber realizado un esfuerzo descomunal para cambiar esa
sensación de lejanía. Lo que bien llamaron: Transparencia Focalizada. Sin
embargo ese intento quedó desvalido al no poder tener indicadores eficaces para
que el proyecto tuviera una verdadera relevancia.
Sin embargo, la intención ahora,
de esta columna, es un poco menos ambiciosa: Es demostrar la importancia de la
transparencia en los eventos que el país está atravesando en estos momentos con
el embate de las tormentas Ingrid y Manuel.
Me explico.
Muchas personas han utilizado las
redes sociales para alentar (o desanimar) a la donación de víveres, enseres
domésticos y artículos de higiene personal para todos los damnificados de más
de tres Estados de la República. Situación que se vuelve complicada al momento
de reunir todo lo recaudado y llevar a cabo toda una estrategia para que esos
paquetes o despensas sean entregados en manos de los que se quedaron sin nada.
¿Qué pasaría si los mexicanos confiáramos lo suficiente en nosotros mismos para
sólo donar dinero? Sería más sencillo que la Cruz Roja analizara las verdaderas
necesidades e incluso comparando precios, adquiriera los productos más baratos
a precio de mayoreo y poder brindar más ayuda de forma aún más equitativa.
Si la Cruz Roja hiciera,
justamente, un ejercicio verdadero de actuar con transparencia y rendir cuentas
al exponer a los ciudadanos las cifras alcanzadas con la recolección y el
desglose de los gastos, la gente confiaría más y las metas serían más amplias.
No paremos en ese ejercicio
mental. El uso del Fondo Nacional de Desastres Naturales conocido como FONDEN
ha sido muy criticado por sus manejos "en lo oscurito" por los
Estados e incluso, por el Gobierno Federal.
Tenemos incluso el caso del ex
gobernador de Tabasco, en el cual, el coordinador general de Protección Civil
de la SEGOB ordenó una revisión a los recursos destinados a dicho estado,
derivado del mal manejo del Fondo, mismo que, presumiblemente, fue desviado.
Sin embargo los ejemplos no paran
ahí, ya que la Auditoría Superior de la Federación ha comunicado la falta de
comprobación en varios miles de pesos que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
entregó a diversos estados a cuenta de este fondo para la rehabilitación de
infraestructura dañada por huracanes que atacaron la República Mexicana entre
los años 2009 y 2010.[1]
¿Cómo podemos confiar sin
transparencia?
Vale la pena, entonces la reflexión.
Bienvenidos sus comentarios al respecto.
[1]
Más información al respecto en: http://rendiciondecuentas.org.mx/gasto-del-fonden-en-estados-opaco/
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